Rastreo de pumas en las Torres del Paine

Esos son los sentimientos -al menos, algunos de ellos- que probablemente tendrá en una excursión de Puma Tracking con The Singular Patagonia.

Estos sentimientos pueden estar conectados, pero son distintos. La euforia a menudo viene con emociones que aceleran el pulso; el asombro tiende a venir en momentos de tranquila reverencia.

¿Sentir los dos juntos? Puede hacerte sentir realmente vivo.

Imagínatelo: Es temprano por la mañana en la Patagonia. El aire es fresco y el amanecer pinta el cielo con tonos brillantes. A tu alrededor, la imponente y humilde grandeza de las Torres del Paine se despliega en un panorama prismático.
Un guía experto te conduce a través de este paisaje incomparable en busca de tu escurridiza presa: un majestuoso felino que ha vagado por esta región durante milenios, el puma patagónico (también conocido como puma concolor).

Con una longitud de entre 3 y 4 metros y un peso de entre 45 y 90 kilos, es el carnívoro más grande del continente. Acecha las montañas, estepas y bosques de esta región en busca de presas, que van desde pequeños animales como conejos y roedores hasta otros más grandes como ciervos y guanacos.

Torres del Paine cuenta con la mayor densidad de pumas del mundo, y Chile es famoso por sus esfuerzos de conservación al servicio de la salvación de esta emblemática criatura. Así que estará bien situado para avistar una de estas tímidas criaturas, que son una maravilla para la vista: elegantes y musculosos, los pumas pueden saltar hasta 12 metros y alcanzar velocidades superiores a 64 kilómetros por hora.

Su guía le proporcionará más datos sobre los pumas mientras continúa la "caza" de la foto perfecta (sólo vamos armados con cámaras). No hay nada como esto, la adrenalina que viene con la exploración de esta manera: Con paciencia. Con calma. Sobre todo, tranquilidad. Puedes sentir cómo se acelera tu ritmo cardíaco ante la perspectiva de ver una vez en la vida al principal depredador de la Patagonia.

Aquí, no sólo estás en la naturaleza. Durante una mañana, formará parte de ella, vagando libremente, conectando con un vestigio perdido de la experiencia humana en el corazón de una de sus regiones más agrestes y bellas.
Y si tiene suerte, el guía señala y... ahí está. Miras a través de los binoculares y lo ves moviéndose con elegancia por el paisaje. Y entonces, tal vez, sólo tal vez, se detiene y se da la vuelta, sus ojos parecen clavarse en los tuyos desde la distancia.

Por un momento, te quedas paralizado. La piel se te pone de gallina. El tiempo se detiene y el instinto se agita en tu interior. Sonríes.

Emoción y asombro.
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